¡Hola una vez más!
En esta nueva entrada quería resaltar y además aportar la ayuda de los cuentos con fines didácticos. ¿A cuál de nosotros, cuando éramos pequeños, no les han contado un cuento? Pues bueno eso quiero hacer yo por si el día de mañana os sirve con algún caso conflictivo. En las charlas en los cursos de la E.S.O yo utilicé uno muy bonito sobre un rey y a los niños, en general, creo que les gustó. Acabando de resaltar el poder de los cuentos, ahora quiero aportar escribiendo un relato sobre la busqueda de la paz. Los escribiré en dos partes. Sin más dilación empiezo.
Había una vez dos madres que vivían pared con pared. Las dos estaban casadas, pero sus maridos no solían estar en casa mucho tiempo ya que tenían un trabajo que les hacia viajar muchísimo. Ellas también solían viajar, ya que su trabajo era el mismo que el de sus maridos, pero al tener hijos tuvieron que mantenerse en casa a cuidar a los críos. Cuando los chicos fueron creciendo las madres se fueron, poco a poco, a trabajar cada vez más. Cuando se iban dejaban a los chicos con un canguro que les cuidaba.
Los padres y madres de los chicos no estaban demasiado tiempo en casa pero cuando llegaban traían muchos regalos de los que sitios a los que iban. A medida que pasaban los años, los chicos se convirtieron en buenos estudiantes y en buenos atletas, ya que desde pequeño se les llevaba a clases y a practicar deporte para su evolución mental y física, pero tenían un problema. Estos chicos eran los típicos abusones de pandilla que junto a unos pocos ponían bajo su yugo a otras chicas y chicos que tenían problemas con el estudio o con su físico.
Los profesores de estos chicos les informaron a los padres de esta situación y los padres de uno de ellos, preocupados por sus actos, empezaron a hablar con él para poder paliar esta actitud. Se reunieron en un parque y ahondaron en el problema y descubrieron que, a pesar de los logros conseguidos con su estudio y su deporte, no era feliz; quería llamar su atención. Los padres le empezaron a aconsejar sobre esa actitud, le pusieron un ejemplo de un crio que pasaba por delante de ellos en ese momento:
- -Mira a ese niño, ¿ves el silbato que tiene en la mano?, ¿ves que feliz es con él?
- Pues a ti te pasa algo parecido, lo tienes todo, pero todo vamos.
-Si pero...
- ¿Bueno entonces que quieres para ser feliz si lo tienes todo?
-Te compraremos un nuevo ordenador
-Y también una nueva videoconsola, veras como estás más alegre entonces.
-Pero...
-Bueno venga vámonos que tenemos mucho trabajo para mañana.
-Si vámonos.
El chico siguió comportándose mal para llamar su atención pero los padres ante esto le seguían comprando más y más cosas. El chico estaba descontrolado. A la mañana siguiente lo pagaría con el primero que viera.
En cambio los padres del otro chico le sentaron en el sillón de su casa y empezaron a hablar con él y a reñirle. Le dijeron cosas muy duras y el chico acostumbrado a elogios y a premios se vio desbordado en lágrimas. Los padres al ver esto intentaron excusarse explicando el motivo de su bronca hacia él, le explicaron que estaban bastante enfadados por su comportamiento. Al igual que el hijo, ellos también estaban acostumbrados a buenas palabras y no consentían nada actitudes que no fueran excelentes. El hijo se marchó a su cuarto y empezó a llorar desconsoladamente; los padres creyeron mejor dejarle que se desahogara de esa forma y así le dejaron.
El chico estaba muy enfadado y lo pago con el primero que vio en el colegio.
Los dos chicos se encontraron y se pegaron hasta hartarse. Quedaron muy magullados, fueron expulsados y además sus padres les castigaron.
Ahora hago una pregunta: ¿Qué hicieron mal los críos?
Ahí lo dejo para que cada uno saque sus conclusiones. José Antonio Cabrera Oliva 2º Bach